Ningún progreso científico ha estado exento de detractores; si, además, el tema afecta al cerebro, las voces críticas se multiplican; y si, a mayores, lo que se vende como progreso no es transparente y no pasa los filtros de la ortodoxia científica, entonces el ruido mediático todavía convierte las cosas en más problemáticas.
La primera persona en recibir un dispositivo de monitorización cerebral de la compañía neurotecnológica Neuralink, puede controlar el cursor de una computadora con su mente, según reveló Elon Musk, fundador de la firma. Pero los investigadores dicen que esto no es una gran hazaña, y están preocupados por el secreto en torno a la seguridad y el rendimiento del dispositivo. Musk anunció el 29 de enero que Neuralink había implantado por primera vez una interfaz cerebro-ordenador (BCI) en un ser humano. Neuralink, con sede en Fremont, California, es la tercera compañía en iniciar ensayos a largo plazo en humanos. La interfaz cerebro-columna vertebral permite al hombre paralizado caminar usando sus pensamientos. Algunos BCI implantados asientan en la superficie del cerebro y registran el disparo promedio de las poblaciones de neuronas, pero el dispositivo de Neuralink, y al menos otros dos, penetran en el cerebro para registrar la actividad de las neuronas individuales. El BCI de Neuralink contiene 1024 electrodos, muchos más que los sistemas anteriores, dispuestos en innovadores hilos flexibles. La empresa también ha producido un robot quirúrgico para insertar su dispositivo. Pero no ha confirmado si ese sistema se utilizó para el primer implante humano. Los detalles sobre el primer destinatario también son escasos, aunque el folleto de reclutamiento de voluntarios de Neuralink dice que las personas con cuadriplejia derivada de ciertas condiciones son aptas para el experimento. Según Musk, el implante no tiene efectos nocivos y el voluntario es capaz de mover un mouse por la pantalla del ordenador solo con el pensamiento.
Para los investigadores que trabajan en neurotecnologías implantadas, este logro es decepcionante. Nature pone en boca de Bolu Ajiboye, investigador de BCI en la Universidad Case Western Reserve en Cleveland, Ohio, el siguiente comentario: “Que un humano controle un cursor no es nada nuevo. El primer humano en recibir un implante BCI a largo plazo controló un cursor en 2004, y los primates no humanos lo han estado haciendo durante más tiempo”.
Tampoco se necesitan datos de neuronas individuales para lograr esta hazaña. El BCI de Synchron, con sede en la ciudad de Nueva York, que se coloca en un vaso sanguíneo cerebral y registra el disparo promedio de las poblaciones neuronales, también permite el control del cursor y una función de “clic izquierdo”. E incluso los sistemas de grabación externos basados en el cuero cabelludo pueden proporcionar a los usuarios un control rudimentario del cursor. Controlar el mouse de una computadora con el pensamiento podría permitir que las personas que viven con parálisis recuperen cierta independencia y funcionalidad. Pero está muy lejos de las ambiciones de Musk para el dispositivo de Neuralink. Los sistemas de electrodos implantados de alta densidad desarrollados por equipos académicos han permitido a los participantes del ensayo con parálisis operar brazos y manos robóticos protésicos, y comunicarse decodificando su habla imaginada. Aún más importante en esta etapa es la seguridad, tanto del dispositivo como de la cirugía. Neuralink ha publicado videos en línea de su cirujano robótico cosiendo componentes del implante en agar, pero hay información disponible sobre la primera aplicación del sistema en la clínica.
Liam Drew. Neuralink brain chip: advance sparks safety and secrecy concerns. Nature, 23 Feb. 2024. doi: https://doi.org/10.1038/d41586-024-00550-6
