La implantación de la farmacogenética en la práctica diaria supone una reducción de posibles reacciones adversas a medicamentos, un ahorro en la factura farmacéutica al evitar tratamientos inadecuados e ineficaces, y en definitiva, una mayor tranquilidad para el médico y una mayor calidad de vida para el enfermo.
La mayoría de los estudios fármaco-económicos internacionales, realizados para evaluar la relación coste-eficacia de los medicamentos en patologías prevalentes (enfermedad cardiovascular, cáncer, trastornos del sistema nervioso, hipertensión, diabetes, hipercolesterolemia, demencia), inciden en el hecho de que un 10-20% de los costes directos en estas patologías son de naturaleza farmacéutica. Asumiendo esta realidad, y teniendo en cuenta que la falta de personalización farmacogenética en tratamientos convencionales aumenta el gasto en un 30%, es presumible deducir que la implementación de protocolos farmacogenéticos en el tratamiento de patologías crónicas, especialmente en pacientes discapacitados de larga evolución, permitiría reducir el gasto farmacéutico directo e indirecto en un 25-40%, dependiendo del diagnóstico primario, enfermedades concomitantes, curso evolutivo de la(s) enfermedad(es), polifarmacia, intervención secundaria para paliar efectos adversos, y perfil farmacogenético del paciente.
De este modo, avanzaremos de manera considerable en la definición y en la práctica de la medicina personalizada, poniendo a disposición de médicos, pacientes y de la sociedad en general herramientas biotecnológicas de última generación, asequibles y fáciles de manejar e interpretar para médicos concienciados en mejorar el tratamiento de sus pacientes.