La psicosis (PDP) de la enfermedad de Parkinson (EP) es un espectro de ilusiones, alucinaciones y delirios que están asociados con la EP a lo largo del curso de la enfermedad. Los fenómenos psicóticos pueden manifestarse desde las primeras etapas de la EP y pueden seguir un continuo desde alucinaciones menores hasta alucinaciones y delirios estructurados. Inicialmente, se consideró que la PDP era una complicación asociada con el uso de fármacos dopaminérgicos. Sin embargo, investigaciones posteriores han aportado evidencia de que la PDP surge de la progresión de las alteraciones cerebrales provocadas por la propia EP, sumada al uso de fármacos dopaminérgicos. La disfunción combinada de los sistemas de control atencional, el procesamiento sensorial, las estructuras límbicas, la red de modo predeterminado y las conexiones talamocorticales proporciona un marco conceptual para explicar cómo los nuevos estímulos entrantes se categorizan incorrectamente y cómo el procesamiento predictivo jerárquico aberrante puede producir percepciones falsas que se entrometen en la corriente de la conciencia. La última década ha visto la publicación de nuevos datos sobre la fenomenología y la base neurobiológica del PDP desde las etapas iniciales de la enfermedad, así como los sistemas de neurotransmisores involucrados en el inicio y la progresión de la PDP. Puntos clave de la PDP son: (i) La psicosis (PDP) de la enfermedad de Parkinson (EP) comprende un espectro de ilusiones, alucinaciones y delirios que están asociados con la EP a lo largo de su curso. (ii) El PDP es atribuible no sólo al uso de fármacos dopaminérgicos sino también a alteraciones inherentes relacionadas con la enfermedad, que conducen a una disfunción de los sistemas neuronales que gobiernan la percepción visual, la integración sensorial multimodal, el seguimiento de la realidad y la atención. (iii) Tanto las alucinaciones menores como las estructuradas en la EP se asocian con un patrón de atrofia cortical que incluye el cuneus, el precuneus, la circunvolución occipital media, la circunvolución lingual y fusiforme, la circunvolución supramarginal, la circunvolución angular, la corteza cingulada anterior, las regiones del hipocampo y el tálamo. (iv) Los estudios de neuroimagen funcional indican que la PDP se asocia con una falla en el procesamiento de arriba hacia abajo de las redes atencionales, un acoplamiento aberrante de la red en modo predeterminado con las redes visuales y una desconexión entre el tálamo y las áreas posteriores del cerebro, lo que lleva a una desinhibición aberrante de la red en modo predeterminado. (v) La denervación colinérgica cortical y los niveles elevados de unión al receptor serotoninérgico 5-HT2A en la vía visual ventral, la corteza orbitofrontal medial y la ínsula tienen papeles destacados en el desarrollo de alucinaciones visuales. (vi) Un avance importante en el tratamiento de la PDP ha sido el desarrollo de fármacos que reducen la actividad de los receptores 5-HT2A post-sinápticos corticales, de los cuales la pimavanserina es el más notable.
Pagonabarraga, J., Bejr-Kasem, H., Martinez-Horta, S. et al. Parkinson disease psychosis: from phenomenology to neurobiological mechanisms. Nat Rev Neurol 20, 135–150 (2024). https://doi.org/10.1038/s41582-023-00918-8.