Los síntomas cognitivos después de la enfermedad por coronavirus 2019 (Covid-19), la enfermedad causada por el coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo severo (SARS-CoV-2), son bien reconocidos. No está claro si existen déficits cognitivos objetivamente medibles y cuánto tiempo persisten. Adam Hampshire y colegas invitaron a 800 000 adultos a un estudio en Inglaterra para completar una evaluación online de la función cognitiva. Estimaron una puntuación cognitiva global en ocho tareas. Plantearon la hipótesis de que los participantes con síntomas persistentes (que duraron ≥12 semanas) después del inicio de la infección tendrían déficits cognitivos globales objetivamente medibles y que se observarían deficiencias en el funcionamiento ejecutivo y la memoria en dichos participantes, especialmente en aquellos que informaron mala memoria reciente o dificultad para pensar o concentrarse (“niebla mental”).
De los 141 583 participantes que iniciaron la evaluación cognitiva en línea, 112 964 la completaron. En un análisis de regresión múltiple, los participantes que se habían recuperado de Covid-19 en los que los síntomas se habían resuelto en menos de 4 semanas o al menos 12 semanas tenían pequeños déficits similares en la cognición global en comparación con los del grupo sin Covid-19, que no se habían infectado con SARS-CoV-2 o tenían una infección no confirmada; se observaron déficits mayores en comparación con el grupo sin Covid-19 en los participantes con síntomas persistentes no resueltos. Se observaron déficits mayores en los participantes que tuvieron infección por SARS-CoV-2 durante los períodos en los que predominó el virus original o la variante B.1.1.7 que en los infectados con variantes posteriores y en los participantes que habían sido hospitalizados que en los que no habían sido hospitalizados. Los resultados de los análisis fueron similares a los de los análisis de emparejamiento de puntuaciones de propensión. En una comparación del grupo que tenía síntomas persistentes no resueltos con el grupo sin Covid-19, las tareas de memoria, razonamiento y función ejecutiva se asociaron con los mayores déficits. Estas tareas se correlacionaron débilmente con síntomas recientes, como mala memoria y niebla mental.
Los participantes con síntomas persistentes resueltos después de Covid-19 habían tenido objetivamente una función cognitiva similar a la de los participantes con síntomas de menor duración, aunque la Covid-19 de corta duración todavía se asoció con pequeños déficits cognitivos después de la recuperación. La persistencia a largo plazo de los déficits cognitivos y las implicaciones clínicas siguen siendo inciertas.
Hampshire A et al. Cognition and Memory after Covid-19 in a Large Community Sample. N Engl J Med 2024; 390:806-818. DOI: 10.1056/NEJMoa2311330